Autores:
  • Tal vez sólo necesitemos pequeños recordatorios de vez en cuando de que ya somos dignos, merecedores, merecedoras. A veces no nos sentimos así por las heridas y las cicatrices que arrastramos del pasado o por la incertidumbre del futuro. Es dudoso que hayamos llegado a sentirnos indignos por nosotros mismos. Nos ayudaron a sentirnos indignos. Nos lo enseñaron de mil maneras cuando éramos pequeños, y aprendimos bien las lecciones.