Los meros números no pueden poner de manifiesto... la esencia íntima del experimento". Esta convicción surge de forma natural cuando se observa a un sujeto trabajando. ... ¡Qué cosas pueden suceder! ¡Qué reflexiones, qué observaciones, qué sentimientos o, por el contrario, qué automatismo ciego, qué ausencia de ideas! ... El experimentador juzga lo que puede estar pasando en la mente [del sujeto], y ciertamente siente dificultad para expresar todas las oscilaciones de un pensamiento en un número simple y brutal, que sólo puede tener una precisión engañosa. En efecto, ¡cómo podría resumir lo que necesitaría varias páginas de descripción!