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  • ..es necesario que una persona tenga una educación general. De lo contrario, se marchita demasiado pronto. Ya se trate de leer la Biblia (leo el Nuevo Testamento cada pocos años) o de leer a los grandes novelistas del siglo XIX (el mayor y más sagaz juez de las personas y de la sociedad que jamás haya existido), o de filosofía clásica (que no puedo leer, me duerme enseguida), o de historia (que es secundaria). Lo que importa es que el trabajador del conocimiento, al llegar a la mediana edad, haya desarrollado y alimentado a un ser humano en lugar de a un contable fiscal o a un ingeniero hidráulico.