-
Lo más difícil es reconocer que a veces nosotros también estamos cegados por nuestros propios incentivos. Porque no vemos cómo nuestros conflictos de intereses actúan sobre nosotros.
Lo más difícil es reconocer que a veces nosotros también estamos cegados por nuestros propios incentivos. Porque no vemos cómo nuestros conflictos de intereses actúan sobre nosotros.