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  • Podemos sonreír, respirar, caminar y comer de un modo que nos permita estar en contacto con la abundancia de felicidad disponible. Somos muy buenos preparándonos para vivir, pero no muy buenos viviendo. Sabemos sacrificar diez años para conseguir un diploma, y estamos dispuestos a trabajar muy duro para conseguir un trabajo, un coche, una casa, etcétera. Pero nos cuesta recordar que estamos vivos en el momento presente, el único momento que tenemos para estar vivos. Cada respiración que damos, cada paso que damos, puede estar lleno de paz, alegría y serenidad. Sólo tenemos que estar despiertos, vivos en el momento presente.