Autores:
  • Los sentimientos y las historias de indignidad y vergüenza son quizá el elemento más vinculante en el trance del miedo. Cuando creemos que nos pasa algo, estamos convencidos de que corremos peligro. Nuestra vergüenza alimenta el miedo continuo, y nuestro miedo alimenta más vergüenza. El mero hecho de sentir miedo parece demostrar que estamos rotos o que somos incapaces. Cuando estamos atrapados en trance, ser temerosos y malos parece definir quiénes somos. La ansiedad de nuestro cuerpo, las historias, las excusas que inventamos, la retracción o el arrebato: todo ello se convierte para nosotros en el yo más real.