Autores:
  • La emoción del miedo a menudo trabaja horas extras. Incluso cuando no existe una amenaza inmediata, nuestro cuerpo puede permanecer tenso y en guardia, nuestra mente estrechada para centrarse en lo que podría ir mal. Cuando esto ocurre, el miedo ya no funciona para asegurar nuestra supervivencia. Estamos atrapados en el trance del miedo y nuestra experiencia momento a momento se convierte en reactividad. Gastamos nuestro tiempo y energía defendiendo nuestra vida en lugar de vivirla plenamente.