Déjame decirte lo valioso que eres. Eres infinitamente valioso para Dios. Primero, Dios te creó. Segundo, Jesús murió por ti. Tercero, pone su Espíritu dentro de ti. Cuarto, quiere que estés con él para siempre en la eternidad. Así de valioso eres para Dios. Eres infinitamente valioso para Dios.