El silencio es oro; tiene un poder divino y una energía inmensa. Intenta prestar más atención al silencio que a los sonidos. Prestar atención al silencio exterior crea silencio interior: la mente se aquieta. Todo sonido nace del silencio, vuelve a morir en el silencio y durante su vida está rodeado de silencio. El silencio permite que el sonido sea. Es una parte intrínseca pero no manifestada de cada sonido, cada nota musical, cada canción y cada palabra. Lo inmanifestado está presente en este mundo como silencio. Sólo hay que prestarle atención.