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Cuando asumes una intención negativa, te enfadas. Si te quitas ese enfado y asumes una intención positiva, te sorprenderás. Tu cociente emocional sube porque ya no eres casi aleatorio en tu respuesta.
Cuando asumes una intención negativa, te enfadas. Si te quitas ese enfado y asumes una intención positiva, te sorprenderás. Tu cociente emocional sube porque ya no eres casi aleatorio en tu respuesta.