-
Supongo que si hubiera una parte del mundo en la que aún vivieran los mastodontes, alguien diseñaría un arma nueva, y los hombres, en su eterna insolencia, cazarían mastodontes como ahora cazan elefantes. Imprudencia parece ser la palabra. Al menos David y Goliat eran de la misma especie, pero, para un elefante, un hombre sólo puede ser un jején con un aguijón mortal.