Autores:
  • Los talentos de un artista, pequeños o grandes, son dados por Dios. No tienen nada que ver con la persona privada; no son nada de lo que enorgullecerse. Son sólo una confianza sagrada... Habiendo sido dado, debo dar. No sólo de pan vive el hombre, y lo que hace el agricultor debo hacerlo yo. Debo alimentar a la gente, con mis canciones.