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  • Cada artista, cada científico, debe decidir ahora a qué atenerse. No tiene alternativa. No se puede estar por encima del conflicto en las alturas del Olimpo. No hay observadores imparciales. A través de la destrucción, en ciertos países, de la mayor herencia literaria del hombre, a través de la propagación de falsas ideas de superioridad racial y nacional, el artista, el científico, el escritor son desafiados. La lucha invade las salas antes enclaustradas de nuestras universidades y otras sedes del saber. El frente de batalla está en todas partes. No hay retaguardia protegida.

    Paul Robeson, Philip Sheldon Foner (1978). “Paul Robeson speaks: writings, speeches, interviews, 1918-1974”, Brunner-Routledge