Autores:
  • Un profesor hablaba a sus alumnos de la clase de sus colegas. Los alumnos de la otra clase habían empezado a lanzar gomas de borrar al reloj. Cada golpe preciso hacía que avanzara un minuto. Una mañana, antes de la clase, consiguieron adelantar el reloj diez minutos. Como la nueva hora indicaba que el profesor estaba más allá de la hora de inicio aceptada, la clase se marchó. El profesor nunca dijo una palabra sobre el incidente. Sin embargo, presentó a la clase un examen final asesino. Mientras los alumnos se esforzaban por terminar en el tiempo previsto, el profesor se divertía lanzando gomas de borrar al reloj.