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Cualquiera que sea tu sexo o posición, la vida es una batalla en la que debes mostrar tu valor, y pobre del cobarde. Ya sea en un lecho de enfermedad o en un campo de tiendas de campaña, siempre es el mismo juego limpio y no admite ninguna distinción tonta. La desesperación y el aplazamiento son cobardía y derrota. Los hombres nacieron para triunfar, no para fracasar.