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  • Con su arsenal de aparatos y máquinas, todos alimentados por energías destructoras de la tierra, el aire o el agua, y conectados al trabajo, el mercado, la escuela, el ocio, etc., por motores de gasolina, el hogar moderno es una auténtica fábrica de residuos y destrucción. Es el pilar de la economía del dinero. Pero dentro de las economías de la energía y de la naturaleza, es una catástrofe. Recibe los bienes del mundo y los convierte en basura, aguas residuales y humos nocivos para los que no hemos encontrado ninguna utilidad.