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  • La búsqueda de Dios es una inversión del orden mundano normal. En la búsqueda de Dios, te alejas de lo que te atrae y nadas hacia lo que te resulta difícil. Abandonas tus hábitos reconfortantes y familiares con la esperanza (¡la mera esperanza!) de que se te ofrecerá algo más grande a cambio de lo que has abandonado... si de verdad conociéramos de antemano todas las respuestas sobre el sentido de la vida y la naturaleza de Dios y el destino de nuestras almas, nuestra creencia no sería un acto de fe y no sería un valiente acto de humanidad; sólo sería... una prudente póliza de seguros.