-
Un ministro de Estado es excusable por el daño que hace cuando el timón del gobierno ha forzado su mano en una tormenta; pero en la calma es culpable de todo el bien que no hace.
Un ministro de Estado es excusable por el daño que hace cuando el timón del gobierno ha forzado su mano en una tormenta; pero en la calma es culpable de todo el bien que no hace.