Autores:
  • Cuando pensaba que Dios me estaba hablando de algo, lo primero que hacía, antes de hablar con la congregación, era sentarme con las personas más influyentes de la iglesia y compartir con ellas lo que creía que Dios me estaba diciendo. Les daba tiempo para que me dieran su opinión o me hicieran preguntas. Muchas veces hacían preguntas y yo respondía: "Necesito dedicarle más tiempo a esto. No estoy seguro de estar pensando con claridad". Otras veces añadían valor y ayudaban a que esta visión fuera mejor o más accesible para la gente.

    Fuente: enrichmentjournal.ag.org