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  • Érase una vez una chica que descubrió que si tocaba cierta melodía en una flauta de jade, podía invocar a los gnomos de jade, unos peculiares espíritus subterráneos de aspecto inofensivo pero bastante espeluznante. El hecho es que muchos de nosotros tenemos talentos como éste, pero generalmente nunca los descubrimos por falta de oportunidades, ya que uno puede pasarse la vida entera sin tocar una flauta de jade, o descubrir que puede hablar el lenguaje de los perezosos terrestres, o convertir el pastel de frutas en tungsteno sólido cantándole melodías de Sinatra bajo un cuarto de luna.