-
Nunca permitas que actitudes enfermas envenenen tu pensamiento, ni que la mala voluntad te enferme. Evita que tu mente se resienta con ese doloroso resentimiento.
Nunca permitas que actitudes enfermas envenenen tu pensamiento, ni que la mala voluntad te enferme. Evita que tu mente se resienta con ese doloroso resentimiento.