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Dos jóvenes salmones nadan un día. Al hacerlo, se cruzan con un pez más viejo y sabio que viene en dirección contraria. El pez más sabio saluda a los dos al pasar y les dice: "Buenos días, chicos, ¿cómo está el agua?". Los otros dos siguen nadando en silencio durante un rato, hasta que el primero se vuelve hacia el otro y le pregunta: "¿Qué demonios es el agua?".