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  • A veces observamos que los niños mimados adquieren el hábito de molestar de forma bastante gratuita a quienes están a su cargo, y parecen medir su propia sensación de bienestar, no por lo que hacen, sino por el grado de reacción que pueden causar. Es inútil deshacerse de ellos desatendiéndolos: si no se les presta atención al ronroneo y al zumbido, chillan y chillan; entonces, si se les regaña y consuela, se dan cuenta de que el experimento ha tenido éxito y vuelven a empezar. El niño se sentará en tus brazos contento si no haces nada. Si coges un libro y lees, comienza las operaciones hostiles.

    Ralph Waldo Emerson (2013). “Delphi Complete Works of Ralph Waldo Emerson (Illustrated)”, p.2955, Delphi Classics