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  • Pienso, luego existo. (...) Yo era una sustancia cuya entera esencia o naturaleza es únicamente pensar, y que no requiere ningún lugar, ni depende de ninguna cosa material, para existir. Por consiguiente, este "yo" -es decir, el alma por la que soy lo que soy- es completamente distinto del cuerpo, y de hecho es más fácil de conocer que el cuerpo, y no dejaría de ser lo que es, aunque el cuerpo no existiera.