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Si hablabas o reías en la iglesia, decías mentiras, tenías pensamientos o conversaciones impuras, eras malo; si obedecías a tus padres o tutores, te confesabas y comulgabas regularmente, rezabas oraciones por los difuntos, eras bueno.
Si hablabas o reías en la iglesia, decías mentiras, tenías pensamientos o conversaciones impuras, eras malo; si obedecías a tus padres o tutores, te confesabas y comulgabas regularmente, rezabas oraciones por los difuntos, eras bueno.