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  • Estoy seguro de que, si es sincero, admitirá que un buen estornudo, uno que le abra el cuello de la camisa y le tire el pelo a los ojos, es realmente uno de los placeres sensacionales de la vida.

    Robert Benchley (1970). “Benchley Lost and Found: 39 Prodigal Pieces”, p.110, Courier Corporation