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Los epítetos, como la pimienta, dan sabor a lo que escribes; y si los esparces con moderación, abren el apetito: Pero si los extiendes demasiado, arruinas el asunto.
Los epítetos, como la pimienta, dan sabor a lo que escribes; y si los esparces con moderación, abren el apetito: Pero si los extiendes demasiado, arruinas el asunto.