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¡Qué terribles preguntas estamos aprendiendo a hacernos! Los hombres de antes creían en la magia, por la cual los templos, las ciudades y los hombres eran engullidos, y todo rastro de ellos desaparecía. Estamos llegando al secreto de una magia que barre de las mentes de los hombres todo vestigio de teísmo y creencias que ellos y sus padres sostuvieron y en las que se basaron.