-
Dios es el capataz más duro que he conocido en esta tierra, y te pone a prueba hasta la saciedad. Y cuando te das cuenta de que tu fe está fallando o tu cuerpo te está fallando, y te estás hundiendo, él viene en tu ayuda de una manera u otra y te demuestra que no debes perder tu fe y que él está siempre a tu disposición, pero en sus términos, no en tus términos. Así lo he comprobado. No puedo recordar un solo caso en el que, en el último momento, me haya abandonado.