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  • Lo más probable es que cualquier niño servicial de dos años rompa algún huevo. A menudo no se nos dan bien las cosas cuando somos nuevos. Pero puede que en esos momentos haya que tomar una decisión importante. ¿Apoyamos y protegemos el deseo innato de ayudar a los demás en nuestros hijos, o protegemos los huevos? Por difícil que parezca, la mayor sabiduría materna puede residir en la voluntad de limpiar los huevos rotos o reponer una manopla y una caja de lápices de colores.