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La gran tradición bíblica impone a todos los pueblos el deber de escuchar la voz de los pobres. Nos invita a romper los lazos de injusticia y opresión que dan lugar a desigualdades sociales manifiestas e incluso escandalosas.
La gran tradición bíblica impone a todos los pueblos el deber de escuchar la voz de los pobres. Nos invita a romper los lazos de injusticia y opresión que dan lugar a desigualdades sociales manifiestas e incluso escandalosas.