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Octubre tiñó de oro las hojas de mi arce; la mayoría se han ido ya; aquí y allá queda una: Pronto se desprenderán de las ramas, como monedas entre los dedos de un avaro moribundo.
Octubre tiñó de oro las hojas de mi arce; la mayoría se han ido ya; aquí y allá queda una: Pronto se desprenderán de las ramas, como monedas entre los dedos de un avaro moribundo.