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No es de extrañar que la industria cinematográfica empezara en el desierto de California, donde, como todos los habitantes del desierto, sueñan sus edificios, en lugar de diseñarlos.
No es de extrañar que la industria cinematográfica empezara en el desierto de California, donde, como todos los habitantes del desierto, sueñan sus edificios, en lugar de diseñarlos.