Lo que aprendí a una edad muy temprana fue que yo era responsable de mi vida. Y a medida que fui adquiriendo más conciencia espiritual, aprendí que todos somos responsables de nosotros mismos, que tú creas tu propia realidad por la forma en que piensas y, por lo tanto, actúas. No puedes culpar a tus padres, a tus circunstancias, porque tú NO eres tus circunstancias. Tú eres tus posibilidades. Si sabes eso, puedes hacer cualquier cosa.