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Si tuviéramos una visión y un sentimiento agudos de toda la vida humana ordinaria, sería como oír crecer la hierba y latir el corazón de la ardilla, y nos moriríamos de ese rugido que está al otro lado del silencio.
Si tuviéramos una visión y un sentimiento agudos de toda la vida humana ordinaria, sería como oír crecer la hierba y latir el corazón de la ardilla, y nos moriríamos de ese rugido que está al otro lado del silencio.