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Vivimos en un mundo roto, lleno de gente rota. Pero, ¿no es reconfortante saber que Dios nunca está roto? A Él nunca le coge desprevenido, le pilla por sorpresa o le sorprende lo que sucede.
Vivimos en un mundo roto, lleno de gente rota. Pero, ¿no es reconfortante saber que Dios nunca está roto? A Él nunca le coge desprevenido, le pilla por sorpresa o le sorprende lo que sucede.