Autores:
  • No hace falta ver lo que alguien hace para saber si es su vocación, basta con observar sus ojos: un cocinero mezclando una salsa, un cirujano haciendo una incisión primaria, un dependiente rellenando un albarán llevan la misma expresión embelesada, olvidándose de sí mismos en una función. Qué hermosa es esa mirada sobre el trabajo.