Autores:
  • Pero hay que arriesgarse, porque el mayor riesgo en la vida es no arriesgar nada. La persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, no es nada. Puede evitar el sufrimiento y la pena, pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer ni vivir. Encadenado por su servidumbre, es un esclavo que ha perdido toda libertad. Sólo es libre quien se arriesga. El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; y el realista ajusta las velas