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  • La respiración se compone de dos etapas: la inhalación, la toma de aire, y la exhalación, la expulsión del aire. La vida espiritual se alimenta, se nutre, de la oración y se expresa hacia el exterior a través de la misión: inhalar y exhalar. Cuando inhalamos, mediante la oración, recibimos el aire fresco del Espíritu Santo.