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  • Ya sea a nivel individual, familiar, local, nacional o internacional, la paz debe surgir de la paz interior. Por ejemplo, rezar por la paz mientras se sigue albergando ira es inútil. Entrenar la mente y superar la ira es mucho más eficaz que la mera oración. La ira, el odio y los celos nunca resuelven los problemas, sólo el afecto, la preocupación y el respeto pueden hacerlo.