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Nunca lo queremos a Él. Decimos: "Señor, dame una buena casa". Queremos la casa, no a Él. "¡Dame salud! Sálvame de esta dificultad!" Cuando un hombre no quiere nada más que a Él, [lo consigue].
Nunca lo queremos a Él. Decimos: "Señor, dame una buena casa". Queremos la casa, no a Él. "¡Dame salud! Sálvame de esta dificultad!" Cuando un hombre no quiere nada más que a Él, [lo consigue].