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La elegancia física procede del cuerpo. No se trata de una cuestión superficial, sino de la forma que el hombre ha encontrado para honrar la manera de poner los dos pies en el suelo.
La elegancia física procede del cuerpo. No se trata de una cuestión superficial, sino de la forma que el hombre ha encontrado para honrar la manera de poner los dos pies en el suelo.