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Durante muchos años, a un gran coste, viajé por muchos países, vi las altas montañas, los océanos. Lo único que no vi fueron las centelleantes gotas de rocío en la hierba justo delante de mi puerta.
Durante muchos años, a un gran coste, viajé por muchos países, vi las altas montañas, los océanos. Lo único que no vi fueron las centelleantes gotas de rocío en la hierba justo delante de mi puerta.