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El obrero de hoy trabaja todos los días de su vida en las mismas tareas, y este destino no es menos absurdo. Pero sólo es trágico en los raros momentos en que se vuelve consciente.
El obrero de hoy trabaja todos los días de su vida en las mismas tareas, y este destino no es menos absurdo. Pero sólo es trágico en los raros momentos en que se vuelve consciente.