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Salvamos el honor de Jesús cuando devolvemos a Su Persona la vida desde el estado de inanidad al que la han reducido los apologistas, y le damos de nuevo una relación viva con la historia, que ciertamente poseía.
Salvamos el honor de Jesús cuando devolvemos a Su Persona la vida desde el estado de inanidad al que la han reducido los apologistas, y le damos de nuevo una relación viva con la historia, que ciertamente poseía.