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No sé si sigo, aún hoy, gustándome siempre. Pero lo que aprendí a hacer hace muchos años fue perdonarme a mí misma. Es muy importante que todo ser humano se perdone a sí mismo porque, si vives, cometerás errores, es inevitable. Pero una vez que lo haces y ves el error, entonces te perdonas y dices: 'Bueno, si lo hubiera sabido mejor, lo habría hecho mejor', eso es todo.