-
Al no perdonar, al no dejar pasar los males, no nos estamos vengando de nadie. Sólo nos castigamos a nosotros mismos, atrincherando nuestro corazón.
Al no perdonar, al no dejar pasar los males, no nos estamos vengando de nadie. Sólo nos castigamos a nosotros mismos, atrincherando nuestro corazón.