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No es la carga lo que te rompe, sino la forma en que la llevas. Llévala por las cómodas asas de la gratitud por lo positivo y porque no es peor, en lugar de por los incómodos bordes de la amargura por lo negativo y porque no es mejor.
No es la carga lo que te rompe, sino la forma en que la llevas. Llévala por las cómodas asas de la gratitud por lo positivo y porque no es peor, en lugar de por los incómodos bordes de la amargura por lo negativo y porque no es mejor.