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Alabo a Dios por vos, señor: vuestras razones en la cena han sido agudas y sentenciosas; agradables sin escarnio, ingeniosas sin afectación, audaces sin insolencia, eruditas sin opinión y extrañas sin herejía.
Alabo a Dios por vos, señor: vuestras razones en la cena han sido agudas y sentenciosas; agradables sin escarnio, ingeniosas sin afectación, audaces sin insolencia, eruditas sin opinión y extrañas sin herejía.