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Pero aunque nunca podamos predecir adónde nos llevarán los acontecimientos ni las inevitables facturas que tendremos que pagar como consecuencia de ellos, debemos enfrentarnos a la espantosa verdad del legado laborista.
Pero aunque nunca podamos predecir adónde nos llevarán los acontecimientos ni las inevitables facturas que tendremos que pagar como consecuencia de ellos, debemos enfrentarnos a la espantosa verdad del legado laborista.